...un destino que alcanzar, y otro que ya se ha dejado por imposible. Una meta, algo realizable que te ilusione, te haga andar, una pequeña cosa, una tonteria inservible que te lanze a una sonrisa. Me siento como un pájaro mojado colgado de un alambre que se tambalea hacia ambos lados, que se busca una nueva vida cada día, que vive entre ramas del olvido, que vuela cuando no quiere saber nada más, que esquiva las gotas con gracia. Que ve como a los demás se les escapa el tiempo entre los dedos, y lucha por que le sea infinito, por retener algo que ha empezado y no debe terminar como cualquier cosa intrascendente. Intenta distinguirse entre los demás, volando lo más lejos posible, pero a veces se estrella contra el cristal trasnparente de una ventana, y toca su fin, su destino echo a pedazos porque alguien le cerró la entrada hacia algo más, hacia lo que él siempre habia esperado.